A menudo, durante las consultas, los padres expresan su preocupación preguntando: «¿Por qué miente tanto?» o «Incluso por cosas sin importancia…». La mentira puede convertirse en el foco de la intervención terapéutica, ya que es crucial actuar basándose en la realidad, no en falsedades.

Las razones detrás de las mentiras en personas con TDAH son variadas, y cada individuo puede tener sus propias motivaciones. Sin embargo, existen algunas causas comunes:

– Ausencia de repercusiones: Si al mentir no se enfrentan consecuencias negativas, es probable que se recurra a la mentira repetidamente, extendiéndose a más situaciones y personas. Esto puede llevar a que la mentira se convierta en un hábito.
Solución efectiva a corto plazo: La mentira ofrece una salida rápida ante problemas inmediatos. Los niños con TDAH suelen tener dificultades para implementar estrategias a largo plazo, por lo que las recompensas y castigos deben ser instantáneos.
Evitar castigos: Debido a sus dificultades, estos niños a menudo enfrentan castigos o reprimendas. La mentira se convierte en una estrategia para esquivar dichas situaciones.
Inmadurez: El TDAH puede manifestarse con comportamientos propios de una menor edad, reflejo de una inmadurez en varios aspectos, como el social, psicológico y emocional. Entre estos comportamientos se incluyen el evitar enfrentar situaciones complicadas o eludir responsabilidades.
Construir una realidad más favorable: Es crucial empatizar con estos niños y comprender su contexto, a menudo marcado por críticas constantes y problemas en sus relaciones interpersonales y desempeño académico. La mentira puede ser un medio para crear una realidad alternativa más positiva.
Deficiencias en la solución de problemas: El TDAH implica problemas en las funciones ejecutivas, afectando la capacidad para planificar, organizar y ser flexible. Ante conflictos, pueden faltarles habilidades para resolverlos adecuadamente, optando por la mentira.

Cuando se les pregunta directamente, algunos pueden responder que mienten «para evitar ser regañados» o porque «no pueden controlarlo», reflejando una impulsividad subyacente. Esta tendencia a reaccionar de manera precipitada y desproporcionada sin prever las consecuencias subraya la importancia de enseñar estrategias de autocontrol.

Estrategias para minimizar las mentiras:

Fomentar la confianza: Es clave promover un ambiente donde prevalezca la sinceridad. Los padres deben demostrar que apoyarán a sus hijos sin importar la situación.
Establecer consecuencias proporcionales: Las mentiras deben acarrear consecuencias acordes a su gravedad. Es importante diferenciar entre tipos de mentiras y ajustar las repercusiones correspondientemente.
Aceptarlos como son: Valorar tanto sus fortalezas como debilidades.
Ser ejemplos de honestidad: Los padres deben predicar con el ejemplo, practicando la honestidad.
Discutir sobre las repercusiones de las mentiras: Hablar sobre las consecuencias a largo plazo de las mentiras puede ser beneficioso, utilizando ejemplos cotidianos o de personajes conocidos.

Abordar la mentira requiere tiempo, esfuerzo y, en ocasiones, apoyo profesional. Sin embargo, con dedicación y paciencia, es posible lograr un cambio positivo.


David Aceituno Muga. Psicopedagogo en Clínicas Centro Milos

Especialistas en Trastornos del Neurodesarrollo